¿y qué tal si mis versos se convierten en mariposa, esa que alza el vuelo y se pierde en el viento?
¿y qué tal si el pensamiento se convierte en la fragancia de una hermosa rosa?
¿y qué tal si la fragancia -esa de la rosa- se la lleva el viento y toca tu ventana?
¿Pensarías acaso que te he visitado, y que en lo más recóndito de la fragancia se esconden los versos de los pensamientos que he querido intencionalmente llevarte para que así tu alma no se sienta sola y así la mía tenga más sentido?
Enviaré los versos a ese lugar donde las palabras se convierten en tonadas, donde existe el Todo, donde la fragancia se funde con tu alma y así mis suspiros queden contenidos en el sublime encanto de tu alma.