Y sopla la brisa
a esa pobre alma,
que ante el silencio
se siente aislada.
Quisiera sacar
las tristezas de su alma
para que ya no haya dolor,
para que ya no haya.
Quisiera curar las heridas que un día
quedaron ancladas en su pobre ser.
Quisiera respirar y llenarse de alegría
al sentirse amada por aquél querer.
Esa alma quisiera sonreír para siempre
no acordarse más del pasado cercano
vivir el presente, vivir plenamente
y de nuevo nacer, llevando en el alma a su amado.
Mientras eso llega se queda muy firme,
Con la fe y la esperanza de la mano.
Esperando la aurora que trae consigo
La aventura nueva a la que pronto se entrega.
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