Me quedé en la infancia
admirando en la noche
esa linda estrella
que me acariciaba el alma.
Me quedé en sus brazos
no quise soltarme
pues la luz que daba
era muy radiante.
Esa dulce estrella
que tras radiante fulgor
me robó el corazón,
se ha ido tan lejos
que de todo su brillo
sólo un recuerdo quedó.
¡Ay, estrella mía
¿Por qué te has marchado?
si vos sos mi todo
y yo te amo tanto!
Guardaré el recuerdo
muy dentro, muy dentro
y un día sin duda
cuando te reencuentre
sacaré de adentro
este amor inmenso que a vos pertenece.
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