Voy de bendición en bendición
y no me hace falta nada.
Camino mi día saboreando alegrías,
que sólo tú las puedes dar.
Por eso es que me digo
que ya nada debiera sorprenderme,
que estando a tu lado
todo está fríamente calculado –Para bien-
Vivo en bendición
porque al fin acepté traer tu luz a mi vida,
olvidándome hasta de mi misma
y trayendo a cambio tu promesa de amor.
Vivo y voy de bendición en bendición
porque al ser tu mi amigo,
me das la mano y vas conmigo
por donde No guía la razón.
Responder