Confieso que siento tu ausencia
tan fuerte, tan eterna.
Confieso que hasta talvez me he equivocado
en mi afán por encontrarte.
Corrígeme pues, si estoy equivocada
pues no aguanto más el sentimiento
que quema mi sangre, mis venas.
Corrígeme pronto, dame una palabra.
Dame una mirada o talvez tan solo “algo”
que profundamente toque una vez más mi alma
para seguir inspirada, para seguir inspirada…
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