Me parece estar confirmando
que una vez más me he equivocado,
pero eso no importa mucho
porque al final de cuentas
tú siempre has estado a mi lado.
No importa si otra vez tropiezo
y vuelvo a enredarme en la loca idea
de descubrir el alma.
Lo importante es que tú Padre no me sueltas,
y yo me elevo y me refugio
en la sutil sensación
que me envía siempre tu calma.
Ya no importa si en mi loca idea
tiro siempre del erróneo lado,
lo que importa es que aún con todo y angustia
tú me das siempre tu abrazo.
Responder