Dame inspiración,
dámela Padre eterno de amor,
que en esta mente mía
fluyan eternas letras de amor.
Dame tu verdad,
para yo llevarla a toda alma;
para que predique amor
con ejemplo y con palabra.
Dame tu mano,
para que al agarrarte fuerte
comprenda que estás aquí;
para que al no soltarme
me regocije en ti.
Dame tu palabra,
dame tu abrazo protector
que me reafirme tu presencia
me consuele y llene de amor.
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