Cómo calmas en mí la angustia del vacío…
La soledad atenuante la marcas en mi alma
para que yo sepa que a pesar de lo contradictorio que suena,
yo no estoy sola, estás conmigo.
Cómo calmas en mí este vacío…
Me das las letras,
letras eternas que de tu alma parten a darme alegrías,
me dejan sin penas.
Hoy, ya no quiero esperar tu regreso en el desasosiego.
Quiero seguir la vida confiando en tu presencia,
en tu mano amiga.
Hoy voy a ver tu luz porque así lo decido.
Decido salir del olvido,
y recuperar toda mi existencia.
Bonito, Carol.
Un fuerte abrazo
Gracias amigo! Gracias por asomarte por aquí.
Un abrazo!
Precioso texto lleno de esperanza existencial!
Muchas gracias por ti comentario.
Ssludos.
de nada