Este poema sale de esas veces en que buscas y no encuentras o piensas que no lo encuentras porque simplemente El no está para verlo sino para sentirlo.
A veces me he quedado buscándote
en la oscuridad de la noche
cuando al fin yo me recojo
cuando al fin -yo supongo- te acercas.
A veces te he sentido tan cerca
que siento la fragancia de tu hermosa presencia.
A veces, otras veces me quedo en el vacío
anhelando tu amantísima presencia.
Y que tonta que he sido,
pues entre más te busco, más me encuentras
entre más te anhelo, más me llenas.
Has estado aquí desde el principio de mis días,
dándome la paz, dándome la calma
abrazando mis sentires y dándome confianza.
©Carol Solís 2016
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