He visto mis sombras, he visto caer con desesperación el afanado pensamiento que afloraba en mi corazón. He visto mi oscuridad, he visto mi oscuridad abarcando lentamente mi ser, me cubrió sin esperar. Y al estar caída, envuelta en esa oscura luz vi la necesidad de reflexionar, de entrar en lo profundo de mí. Vi todo oscuro, todo era oscuridad. Miré mis líneas de tiempo y la sombra tan oscura que cubría cada hecho. Respiré profundo cerrando mis ojos para no sentir más, para tan solo apreciar lo oscuro, la nada, toda esa vaciedad. Entonces abrí los ojos y todo era claridad; entendí a mi propio ser, mi propia luz, mi gran verdad. Gracias sombra, gracias oscuridad por enseñarme a ver y a admirar mi claridad.
Gracias 🙂