Me duele tu ausencia,
el vacío, el olor a tu aroma,
la luz que despides hacia el infinito
y que no encuentra su camino.
Me duele hasta el aire
que toca mi cuerpo,
que me abraza con ganas,
con ganas de amarme.
Me duele la melodía
que transita en mis oídos
porque es muestra de la vida
que existe en nuestro paralelismo.
Me duele la brisa
de la lluvia que no llega,
que no toca ni refresca el pensamiento.
Me duele tu abrazo,
tu llanto, tus palabras,
tu recuerdo limitado
que da paz y desaliento.
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