Lo admito.
Se me ha ido la vida entendiendo o tratando de entender tu amor, ese que no encaja con mi concepto mismo de amor, ese que aparece y desaparece al compás del viento y que se mantiene incierto.
Lo admito.
He desperdiciado esta experiencia esperando encontrarte, buscándote por todas partes, anhelando tu sentir, no escuchando la razón.
He desesperadamente visto a todas partes, a todos los lugares y no te he hallado.
Admito,
que entre tanto buscarte me he olvidado de mi misma, del ser humano que soy. Te pido pues, si no apareces más en esta dimensión, me des la tranquilidad que tanto ansío yo.
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