
¡Hey! ¡Soy yo! No puedo ser diferente. Si te digo que te quiero y que te cuido, no puedo ser incongruente.
¡Hey! ¡Escúchame! He vivido a tu lado por tantos siglos, y no porque no me veas quiere decir que no estoy contigo.
¡Hey! ¡Vuélvete a ti misma! Cuando veas hacia dentro verás la gracia que te envuelve y que te acoge y que hace mil intentos por llamarte y que la escuches, y a veces no lo logra.
¡Hey! ¡Soy parte de ti! Soy esa parte de tu alma que ha permanecido dormida o más bien tú la has creído dormida, pero que está más despierta y viva que nada.
¡Hey! ¡Te quiero! ¡No lo olvides! Eres esa diosa que no se recuerda y que se ocupa por aparentes tristezas. ¿Hasta cuándo?
Responder