Te dejo libre, como el viento que corre a prisa para librarme de las cadenas que yo misma puse.
Te dejo correr, para que corras lo más rápido que puedas, para que corras y ya no me veas, ya no me sufras por tanta cadena/condena que te he querido poner.
Te dejo libre, esperando, claro está, que un día regreses, pero si vas a regresar será por tu cuenta, no porque yo te obligue. Tan solo recuerda, esa libertad es toda tuya, no es pasajera, pero ¡cuidado! si has de volver, vuelve pronto. No vaya a ser que si te tardas ya no me encuentres. Yo no estaré aquí siempre.