Me tocas… tu suave caricia me regresa a nuestro hogar,
y esa vibración tan armoniosa que se adentra en mí,
limpia y purifica mis sentidos.
Hago una pausa, es momento de celebrar,
de agarrarte fuerte, de estar en perfección
porque cuento con vos.
Me hablas… y tus palabras resuenan como mensaje fiel,
como melodía destinada a abrir mis sentidos.
Llegan tus palabras y con ellas me reanimo,
bellas tus palabras que llenan mis días.
Canto… y la melodía que sale de mi voz
solo es alabanza para ti, para aumentar en mí mi consciencia,
el sentido de mi existencia.
Me miras… y al hacerlo abres en mi la intuición,
ese susurro que me revela quien soy.
Me miras… y al hacerlo abres en mi la luz y
el perfecto entendimiento de esto que soy y represento.