Hoy te escribo los versos
que escondidos han quedado en mi pecho
para no gritar tu amor día a día,
para no morir con tan intrínseca melancolía.
Esta vez saco la voz
que apresada había quedado en mi corazón,
que en la oscuridad se adentraba
para no sentir más tu presencia, tu amor.
Hoy sale esa voz y con ella su eco:
el amor, ese gran sentimiento
que a diario callado me acompañaba,
pero que dolía muy adentro.
Hoy, hoy te elevo a ti esta poesía
para que llegue clara, la escuches y derrames tu gracia
a esta vida que te busca desesperadamente y ya sin calma.
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